Miguel Pérez y Cristóbal Palma
25 de Junio de 2021
Publicado en Estudios Atacameños
En diversas metrópolis del llamado Sur global el reclamo por el derecho a habitar en la ciudad ha desembocado en extensos procesos de “autoconstrucción” concepto que alude a un modo de edificar las periferias urbanas en el que los habitantes populares son los principales agentes de la urbanización. La autoconstrucción ha posibilitado la irrupción de nuevas formas de ciudadanía en las cuales los pobres han generado nuevos espacios de participación cívica que los han convertido en legítimos portadores de derechos. ¿Qué ocurre sin embargo cuando los agentes de la autoconstrucción son inmigrantes demandando no solo el derecho a la vivienda sino también su reconocimiento como sujetos de derechos en un Estado-nación que no los considera ciudadanos? Este artículo discute dicha pregunta examinando etnográficamente el caso del campamento Nueva Esperanza asentamiento autoconstruido por inmigrantes de origen latinoamericano en la comuna de Colina Santiago. Concluimos que para constituirse como ciudadanos los extranjeros formulan un tipo “urbano” de ciudadanía en donde el acto de residir en la ciudad los convierte en legítimos portadores de derechos. En dicho proceso estos residentes construyen narrativas éticas y políticas a través de las cuales significan sus deseos de incorporación y pertenencia a la comunidad política nacional.